Capítulo tres: gusto
Son los sabores de la Patria mía
Seguimos jugando al Anti veo-veo: un ensayo lúdico de cuarentena desde dos continentes y cuatro sentidos.
Por celina poloni & erika mack.
Esto es un ensayo ilustrado y escrito desde la primera persona del plural: nosotras. Porque creemos en la importancia de sentirnos acompañadas en este contexto de aislamiento, así como en la potencia de narrarnos colectivamente. Hacé click acá para ir al principio del juego.
Por otro lado, la comida siempre es buena excusa para generar momentos de encuentro y nos conecta con lo más profundo de nuestra identidad; funciona como una máquina del tiempo que nos trae los olores de la infancia y las recetas de las abuelas.
Pero mientras una está con las manos en la masa, sobrevuela un pensamiento que zumba como una mosca y no deja de molestar: la pandemia nos devolvió a las mujeres a la cocina. No es casual que algo se mueva dentro nuestro cuando nos mandan a quedarnos en casa después de tantas luchas por apropiarnos del espacio público.
Se han abierto muchos debates durante estos días sobre los límites entre lo público y lo privado, sobre la línea que cuesta trazar dentro de los hogares entre el trabajo productivo y las tareas de cuidado. Gente querida, no hay nada nuevo bajo el sol: ¡es lo que las feministas de la segunda ola vienen diciendo desde el siglo pasado! La cuarentena no vino a cambiar nuestras formas de (re)producción social, sino que, por el contrario, las hizo más evidentes que nunca.
Continúa con el siguiente.
Capítulo 4: El olfato
texto e ilustraciones: @celi.poloni & @mackerika