Salud mental en tiempos convulsos

Obertament: una alianza que lucha contra el estigma. «¿El modelo de salud mental que imagino? Unas orejas más grandes que tu cabeza”, dice una usuaria en 2021 cuando hicimos el especial desde nuestro periódico impreso. Alzar la voz, escuchar y ser escuchadxs son claves para romper tabúes y terminar con el estigma en salud mental.

“No pasa nada si no te encuentras bien. Es muy importante hablar de cómo te sientes y cómo te encuentras e incluso preguntar cómo se siente y cómo se encuentra la otra persona”. Esta frase de la activista raquel muñoz quizás sea una de las que mejor defina la tarea de Obertament, una en- tidad catalana que nació en 2010 con un objetivo claro: luchar contra el estigma y la discriminación que sufren las personas debido a algún problema de salud mental. La entidad forma parte de una alianza en la que participan diferentes actores del sector de la salud mental en Catalunya, y cuenta con unxs 130 activistas. Ellxs son fundamentales para afrontar el desafío de luchar contra el estigma, el cual está condicionado por prejuicios y percepciones sociales muy fuertes acerca de lo que significa atravesar un trastorno de salud mental. Por eso, encontrar otras personas con las que ha- blar y compartir lo que se está atravesando es el primer paso para romper el tabú.

Según cifras publicadas por Obertament, hasta un 80 % de las personas con algún problema de salud mental en Catalunya sufrieron algún tipo de discriminación y estigma. Los ámbitos donde más se su- fre esta discriminación son el laboral, el de la aten- ción sanitaria, el educativo y el de las relaciones familiares, pareja y amigxs. Según el estudio publicado por la entidad, algunas de las características que se suelen atribuir a las personas que sufren algún trastorno de salud mental son la fragilidad, la negatividad o la inestabilidad. Si se suma a la ecuación el factor de género, se observa que estas cualidades son mayormente asignadas a personas de género femenino.

Pandemia y salud mental. Una de las consecuencias que tuvo la pandemia fue la visibilización de los problemas de salud mental en el debate público. Hubo una especie de sensación de vulnerabilidad compartida que atravesó a personas de todas las edades y clases sociales. ariadna rogero, responsable de prensa y portavoces de Obertament, explica que uno de los colectivos más afectados en este sentido es el de lxs ado- lescentes, ya que les tocó vivir la pandemia en un momento de la vida en que la socialización es fundamental.

“Hay casos que se han agravado, pero también casos nuevos: autolesiones, problemas de ansiedad, de intentos de suicidio, trastornos alimentarios. La gente más joven ha visto un cambio radical en su rutina. De golpe se vieron sin poder realizar actividades como el deporte o las artes, actividades que permiten canalizar emociones o tensiones familiares y que muchas veces funcionan como válvulas de escape”.

ariadna rogero

Estos datos se ven reflejados en una encuesta realizada por el CIS y publicada en febrero de 2021, según la cual, entre otras cifras, se afirma que un 42,8 % de los jóvenes de entre 18 y 24 años reconocen haber llorado por la pandemia, siendo la franja de edad donde este porcentaje es más alto.

Las mujeres forman otro de los grupos que más ha sentido las consecuencias de la pandemia en su salud mental. Según un informe del Instituto de las Mujeres, perteneciente al Ministerio de Igualdad, las mujeres representan el 70 % del personal sanitario en todo el mundo y son mayoría en sectores del comercio de alimentación y de los servicios de limpieza hospitalaria y de residencias que son esenciales para el mantenimiento de las poblaciones. Esto quiere decir que la mayoría de tareas de cuidado —remuneradas o no— recaen sobre ellas. Según el Ministerio de Sanidad, el consumo de psicofármacos en la población española también está atravesado por el género: existe un predominio por parte de las mujeres que llega a duplicar el consumo de los hombres. Es llamativo cómo esa diferencia se va acrecentando con la edad y es mayor entre las mujeres de más de 70 años.

Desde Obertament celebran que la salud mental se haya ido instalando poco a poco en la agenda pública, aunque están convencidxs de que todavía queda mucho camino por recorrer. En las últimas semanas el tema adquirió especial notoriedad gracias al debate en el Congreso en torno a la necesidad de una nueva ley de salud mental en españa que reemplace la actual, aprobada en 1986. La pandemia no hizo más que poner la lupa en una problemática que existe, aunque muchas veces sea invisibilizada. Por eso, para las personas que hace años sufren discriminación por tener algún trastorno de salud mental, el trabajo de romper con los estigmas es una lucha que requiere de un gran esfuerzo y de la participación de diferentes actores sociales, así como del apoyo del entorno más cercano.

Trabajo y salud, focos de discriminación. “Una vez la persona se recupera vuelve a su proyecto de vida, se encuentra con un muro que es el estigma y eso no depende de la parte clínica. El estigma es una percepción social” afirma ariadna. El ámbito laboral es uno de los espacios donde más se siente esta discriminación. Según Obertament, la tasa de paro (desocupación) de las personas con trastornos de salud mental en Catalunya es de un 61.9%, 44.2 puntos más alta que la de la población general. Además, un 48,5% de personas con algún trastorno lo ocultaron en su trabajo para evitar un trato discriminatorio.

El ámbito de la salud es otro de los terrenos don- de se sufre de discriminación. Aquí, nuevamente, el factor de género aparece como determinante. Uno de los fenómenos más habituales es el del infra diagnóstico, es decir, el hecho de atribuir un síntoma concreto directamente al trastorno mental, sin que haya ninguna evidencia que demuestre esta relación. Según datos de Obertament, la posibili- dad de recibir un infradiagnóstico es un 25% más alta en el caso de las mujeres. La infantilización, la sobreprotección, la falta de credibilidad o la in- tromisión en decisiones relacionadas con la vida privada de la mujer —como el hecho de decidir ser madre— son las formas más habituales en que se manifiesta este tipo de discriminación.

Ilustración de alina calzadilla para femiñetas 9

El aislamiento o la exclusión de actividades sociales son también muy frecuentes para las personas que sufren algún tipo de trastorno de salud mental. Aquí, el diagnóstico juega un papel muy importante. Desde Obertament están convencidas de que en la etiqueta diagnóstica reside muchas veces la semilla del estigma, aunque también reconocen que para muchas personas el hecho de poder ponerle nombre a lo que les provoca sufrimiento también es liberador. Por eso, en la asociación conviven una diversidad de formas de afrontar lo que implica un diagnóstico, y cada activista decide cómo quiere abordar esa experiencia.

Tomar la palabra para romper el estigma. Poner en palabras aquello que genera un malestar es el primer paso para afrontar la discriminación que sufren muchas personas con trastornos de salud mental. Por eso, la tarea de Obertament es trabajar para que los verdaderos portavoces sean lxs activistas que participan en la asociación. “Lo que hace que se acerquen es romper el silencio, el tabú. Hay personas que quizás llevan más de 30 años de su vida yendo al psiquiatra, medicándose y haciendo malabares para que sus compañeros de trabajo o familia no sepan esa condición de su vida. Esto genera mucho estrés, mucha vergüenza, mucha culpa, y si lo miras en perspectiva es muy injusto. Aparece la pregunta de ‘¿Por qué yo he tenido que vivir de esta manera y una persona que ha tenido apendicitis o a la que han operado de una muela lo puede decir?’”, se pregunta ariadna.

También aparece la reflexión sobre la necesidad de una mayor vinculación entre la medicina y otras disciplinas, como las humanidades o las ciencias sociales. “Cuesta cambiar la visión de que la persona beneficiaria de esos servicios, que es una persona con trastorno mental, también puede tomar la palabra. Lo que se tiene que cambiar es que el conocimiento de la primera persona es tan válido como el conocimiento experto. Cuando yo oigo hablar a una persona que ha pasado, por ejemplo, un brote psicótico y me explica su experiencia, lo entiendo incluso mejor que si me lo explica un psiquiatra, además de que soy capaz de empatizar”, explica.

ariadna rogero

Algunos datos:

Según el Ministerio de Sanidad, el consumo de psicofármacos en la población española también está atravesado por el género: existe un predominio por parte de las mujeres que llega a duplicar el consumo de los hombres.

La infantilización, la sobreprotección, la falta de credibilidad o la intromisión en decisiones relacionadas con la vida privada de la mujer son las formas más habituales en que se manifiesta este tipo de discriminación.

Según cifras publicadas por Obertament, hasta un 80% de las personas con algún problema de salud mental en Catalunya sufrieron algún tipo de discriminación y estigma.

Romper el silencio para derribar miles de tabús: esa es la meta. Para conseguir ese objetivo, sin embargo, no solo es necesario animarse a hablar. También se necesita de una escucha respetuosa y atenta, empática. Para quitar las etiquetas no alcanza con la voluntad de la persona que sufre, también hace falta un entorno cercano y unas instituciones públicas que acompañen en el proceso. En definitiva, ser escuchadx.

raquel muñoz sarrat, 42 años. beneficiaria y activista en Obertament:

El auto estigma es el peor enemigo Trastorno bipolar, y me dije: coño estás aquí por esto N o significa que lo integres, ni

nada, simplemente que tú lo llevas, lo llevas como una rastra y luego tienes que ir así con la pancarta Todo lo que vemos en

los medios de comunicación nos lo comemos entero. Por eso es tan importante, aunque sean tan pocas cosas y pequeñas,

que se vaya haciendo algo diferente Me impactó ver personas que tenían el mismo diagnóstico que yo pero con tratamientos

muy diferentes Yo creo que el miedo a hablar es bastante paralizador, entonces, ya solamente poder tener un rinconcito

donde puedas hablar con alguien y ese alguien luego que sea alguienes y que sea otro ambiente, y poco a poco hablar. Hablar

de cómo te sientes, cómo estás, no sé, de tus necesidades, y hacer que la gente se integre también a tus necesidades Había

palabras, había escucha en Obertament Cuando tiras ese muro, tu autoestigma, realmente es cuando vuelves a conectar

contigo, vuelves a disfrutar de las cosas, porque sino es como una prisión. Si tú te ves rara, imagínate los demás. Me ha costado

10 años pero cada persona necesita su tiempo Mucha gente que tiene el trastorno y ni se entera, y ahí se queda. Y está bien,

porque si para él o ella está bien, ya sabes. Para mí no estaba bien, no estaba a gusto, entonces tenía que hacer ese cambio

Primero hay sensación de vigilancia con una misma, sobre todo en el trabajo: vigila lo que hablas, lo que haces, vigila lo que

dices, a ver que no te vean rara. Pero eso es solo tu cabeza, porque no te ven rara, eres tu.

¿Cómo sería tu modelo ideal en relación a la salud mental?, le preguntamos a raquel.

Ella lo tiene claro: “Tendría unas orejas enormes. Más grandes que tu cabeza”.

Texto: juli retamoso Ilustracion: alina calzadilla

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