Infancias que jueganEn Cuarentena La salida desde lo lúdico y lo que posibilita el lenguaje en niñas y niños en medio del aislamiento. Por fernanda felice. popa (mancha) cuarentena», porque la creatividad es condición indispensable de la infancia y nunca se toma licencia. Cada uno desde su casa, gracias a la mediación de una pantalla, corre y evita ser tocado hasta tanto sea posible volver a jugar juntos, cerquita en otros espacios. sol juega a ser rescatista y bombera. Sabe que la solidaridad es imprescindible y que el amor implica asumir riesgos, sobre todo, en estos momentos. Comprende, además, que muchas personas salen a trabajar para cuidar nuestra salud y asegurar servicios que son imprescindibles para la comunidad. Ella no quiere ser menos, entonces elige jugar a parecerse a quienes hoy son nombrados “heroínas y héroes”. Aunque en realidad son trabajadoras y trabajadores, que con sus oficios, profesiones y saberes, mantienen a la patria en marcha. valentina disfruta compartir juegos reglados. Juega a los dados, las cartas, al ahorcado y al tutti frutti. Respeta las normas y los turnos de espera, tolera las derrotas y celebra sus triunfos, tareas imprescindibles para este tiempo en suspenso, que nos invita a aprender otros modos de cuidado, comunicación y encuentro. ana juega a ser maestra, dicta clases, indica las tareas a realizar y evalúa a sus estudiantes. A veces, se pone exigente. En otras ocasiones, puede comprender y se enoja menos. Esta niña sabe que el juego permite tramitar situaciones difíciles. Sabe que, cuando ella recrea esas escenas, puede jugar distintos roles y cambiar las reglas que la realidad impone. victoria reta a sus muñecos porque no se quedan quietos, y ella ya no cuenta con más paciencia para cuidarlos en este tiempo de aislamiento. Esta muchachita juega a ser otra distinta para que, al salirse de ese juego y volver a ponerse en sus propios zapatos, algunas penas no duelan tanto. ramiro, pilar y sofía arman campamentos dentro de su casa. Construyen refugios y trincheras dentro de su propio hogar; tratando de crear un afuera estando dentro, para salir de a ratos, para tolerar el tiempo de espera hasta tanto puedan salir a jugar a la vereda, al parque o a la plaza. Las infancias saben que la realidad no alcanza. Por eso, construyen otras distintas, más justas, más amables hasta tanto sea posible salir de casa y volver a encontrarse con sus afectos. * fernanda felice es licencianda en Fonoaudiología y Esp. en Alfabetización e Inclusión. Docente de la UNR (argentina) y autora de “El tiempo de ser niñas y niños” y “Cuentos desobedientes”. texto: @ferfelice22 ilustración: @paulasosaholt